LA PRÁCTICA PSICOMOTRIZ

ASEFOP

Nuestra Historia

La historia de la ASEFOP está íntimamente ligada a la figura de Bernard Aucouturier sin cuya presencia, estímulo y enseñanzas la ASEFOP no hubiera nacido. El profesor Aucouturier venía desarrollando su actividad clínica con niños desde los años 70 en Tours (Francia). Allí en el Palacio de Deportes Municipal a través del trabajo diario con niños y niñas de todas las edades y características, fue naciendo un método que con los años se llamaría Práctica Psicomotriz Aucouturier.

La película “Bruno” montada en 1972 por M. Dubray y profundizada teóricamente después por Bernard Aucouturier y André Lapierre, en forma de libro, (Bruno Delachaux et Niestlé1977) dio a conocer los inicios de la Práctica, siendo Los fantasmas de acción y la Práctica Psicomotriz (2004) la obra que culmina la explicación de dicha Práctica. Entre ambos libros algunas obras ya clásicas como la trilogía de Los Contrastes, La simbología del movimiento, El cuerpo y el Inconsciente o La Practica Psicomotriz Reeducación y Terapia, escritas en colaboración con autores como Lapierre, Darrault, Empinet, y más recientemente ¿Por qué los niños y las niñas se mueven tanto?, Miedo a nada, Miedo a todo en colaboración con Mendel, libros que han hecho de Bernard Aucouturier un referente en el campo de la psicomotricidad.

Bernard Aucouturier tenía un don, una capacidad especial para relacionarse con los niños y niñas. Durante toda su vida profesional hizo gala de una gran sagacidad a la hora de la observación del comportamiento infantil, así como de una sensibilidad fuera de lo común ante el niño que sufre y expresa su malestar de la manera que puede esperando que alguien lo entienda. Este don le llevó a investigar el sentido profundo de la expresividad motriz infantil que hunde sus raíces en las etapas más arcaicas de la existencia.

La originalidad del método radica en hacer de la acción, el placer y la relación el eje de la evolución y maduración psicológica del niño. Bernard Aucouturier ha sido el único autor capaz de traducir en principios de actuación, conceptos de autores como Piaget, Freud y especialmente Winnicott que explican las raíces corporales del nacimiento del psiquismo y la inteligencia, siendo esta sin duda su principal aportación al campo de la terapia y de la educación psicomotriz. En este sentido, Aucouturier ha sido un adelantado pues su intuición dio forma práctica a algo que las neurociencias están descubriendo hoy en día.

La Práctica Psicomotriz Aucouturier nace por tanto de la experiencia, es algo vivo y dinámico pero está construida desde un fundamento teórico-práctico de gran consistencia. Las salas de psicomotricidad de medio mundo están llenas de un material único, maleable y lleno de color como son los módulos de goma espuma, otra de las grandes aportaciones del profesor Aucouturier.

Desde su fundación la ASEFOP fue el espacio elegido por Bernard Aucouturier para difundir su método a través de la formación que se imparte en sus escuelas. A lo largo de 25 años el profesor Aucouturier ha ido depositando su saber, su experiencia y sus investigaciones en las escuelas de la ASEFOP en cuyos cursos ha participado con regularidad. A través de sus seminarios hemos podido aprender su filosofía, su ética de respeto al niño como sujeto, su mirada y una práctica, la Práctica Psicomotriz que cambia a todo el que la conoce.

Los formadores de la ASEFOP constituyen el único grupo de discípulos directamente formados por él. A lo largo de 30 años han seguido la trayectoria de Bernard Aucouturier, han creado Escuelas de Formación a través de las cuales la Practica Psicomotriz se da ha dado a conocer de manera fiel y rigurosa.

En 2009 a la edad de 75 años Bernard Aucouturier se retiró de la vida institucional, pero la ASEFOP mantiene vivo el espíritu de su creador.

Los stages siguen siendo ese momento esperado en el que los formadores se encuentran, comparten experiencias, actualizan su formación y unifican criterios de intervención ante los nuevos retos educativos y formativos que plantea la sociedad actual.

Las escuelas siguen formando con el mismo entusiasmo de siempre y los formadores renuevan a diario su compromiso con la infancia, extendiendo esa “mirada” hacia el niño, mirada que constituye con orgullo ese “sello de la casa” que caracteriza a todas las personas que han pasado por nuestra formación.

La Formación de ASEFOP

El objetivo general de la Formación ASEFOP es la formación de especialistas en Práctica Psicomotriz tanto en su orientación educativa y preventiva como en su orientación de ayuda terapéutica.

“Nosotros no formamos a las personas sino que les ayudamos a formarse de manera  activa”

Este principio, enunciado de manera tan sencilla, encierra valores de gran calado ya que responde a una ética de respeto al adulto en formación, basada en una filosofía que cree en las posibilidades de transformación del ser humano.

Por ello la ASEFOP ha desarrollado una metodología original que sitúa al adulto en el centro del proceso formativo, siendo  agente de su propia formación a partir de:

Realizar un proceso de formación personal

Hacer una apropiación activa de la teoría de la Práctica Psicomotriz

Integrar estos procesos en sus propias sesiones de Práctica Psicomotriz

Las Escuelas de la ASEFOP organizan cursos de diferentes niveles y duración según sus objetivos y la realidad de cada país, pero siempre bajo las directrices de una misma metodología y contenidos.


La Práctica Psicomotriz creada por el profesor Bernard Aucouturier, y desarrollada por la ASEFOP, es, como su propio nombre indica, una práctica que tiene por objetivo la maduración psicológica del niño a través de una metodología, la sesión de psicomotricidad, basada en la acción motriz espontánea, el juego y las expresiones simbólicas y de representación plástica, como recursos de comunicación y de relación, así como de crecimiento y acceso a la des-centración y al pensamiento. Todo ello sostenido y asegurado por los sistemas de actitudes y acción de las y los psicomotricistas.

¿Qué entendemos por maduración psicológica? El proceso que va del placer de moverse, jugar y relacionarse al placer de pensar. El proceso por el cual el niño desarrolla representaciones mentales conscientes e inconscientes a partir de sus acciones, sus sensaciones y sus emociones. El proceso por el cual el niño transforma sus impulsos y accede al mundo simbólico para canalizarlos y expresarlos. En definitiva el proceso por el cual el bebé humano se transforma en un sujeto autónomo con identidad propia, capaz de pensar y desear.

La práctica psicomotriz favorece el desarrollo armónico de la persona porque acompaña los procesos de crecimiento y de desarrollo de la identidad; utiliza el juego espontáneo, el movimiento, la acción y la representación ya que a través del placer de la acción el niño y la niña descubren y conquistan el mundo, expresan sus emociones, su vida afectiva profunda y su mundo de fantasía.

Para cumplir estos objetivos la Práctica Psicomotriz, propone una metodología basada en una pedagogía de espacios y tiempos que permite al niño realizar este proceso en un marco concreto que es la sala de psicomotricidad.

“El niño no juega para aprender, sino que aprende porque juega” y esto sucede en un lugar muy especial: la sala de psicomotricidad, un espacio rico, variado y lleno de color, con la presencia de un adulto atento que acoge y contiene las producciones de los niños y las niñas, sus dificultades, sus miedos, sus descubrimientos, su deseo, su placer y sus emociones,  acompañándole en su proceso de maduración. El especialista en Práctica Psicomotriz se prepara durante todo el proceso de formación para observar, acoger y “dar sentido” a la expresividad motriz del niño/a con el fin de ofrecer respuestas adecuadas a sus necesidades profundas.

Estos principios rigen las dos orientaciones  esenciales :

Práctica Psicomotriz Educativa y Preventiva:

Encuentra su campo privilegiado de implementación en el âmbito escolar entre los 0 y los 7 años.  Favorece el desarrollo  de bases madurativas sólidas para que los niños realicen el proceso que va del placer de la acción al placer del pensamiento.

Terapia Psicomotriz:

Entendemos la práctica clínica psicomotriz como una estrategia que tiene como objetivo ayudar a aquellas niñas y niños que, por diferentes factores surgidos en su desarrollo, presentan importantes dificultades en lo relativo a la constitución de su unidad corporal y de la integración somato-psíquica de su persona.
La intervención terapéutica se construye desde una mirada global sobre el niño, no centrándose en la "corrección", sino, precisamente en poner al niño en su calidad y cualidad de sujeto susceptible de crear recursos propios de reaseguración ante las angustias excesivas de pérdida (de sí y/o del otro) que le habitan.
Como expresa, acertadamente, Myrtha Chokler: La terapia psicomotriz se plantea como objetivo abrir a una dinámica que ayude a la constitución de la unidad y de la continuidad de sí, permitiendo la acción y la transformación de la acción en representación, en símbolo y palabra. 
 
Los grupos de ayuda psicomotriz:
 Es una realidad que hay, en la actualidad, un importante número de niñas y niños que presentan dificultades en sus procesos en el contexto escolar, y que precisan de respuestas específicas dentro de este mismo contexto. Estos grupos estarían formados por un pequeño número de niñas y niños, y estarían dirigidos a atenuar dichas dificultades y a colaborar con el trabajo educativo del aula, así como con las familias y otros profesionales del ámbito de la ayuda que puedan estar interviniendo. Sería un espacio intermedio entre los ámbitos puramente educativos y los terapéuticos.

7 escuelas repartidas en 5 regiones

ASEFOP

Con una presencia cada vez más sólida en diferentes regiones de Europa, ASEFOP fomenta la formación de calidad en psicomotricidad, promoviendo así el desarrollo integral de niños, adolescentes y adultos.

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